En las compañías modernas, el rol del líder está evolucionando: ya no controla ni impone lo que hay que hacer, sino que acompaña y genera contextos para que su equipo quiera hacer lo que hay que hacer. El líder genera líderes. Dentro de esta visión novedosa, aparece frecuentemente el líder en un rol de facilitador, acompañando y empoderando a los equipos de trabajo, no imponiendo su voluntad, sino guiando, apoyando y adaptando su estilo a la necesidad del equipo. Las organizaciones, por su parte, requieren cada día más el desarrollo de equipos comprometidos, auto-organizados, enfocados en los resultados y generadores de valor. El proceso lleva a cada líder a repensar sus herramientas de trabajo y perspectiva personal, para poder cada día más potenciar a su equipo como meta principal.