Introducción
El dinamismo de las organizaciones modernas nos impulsa a entregar cada día mejores resultados. Como líderes, muchas veces creemos que la mejor forma de asegurarnos la performace de nuestro equipo es con mejores indicadores y un mayor control. Con el aval de las compañías, y el apoyo de los superiores, implementamos herramientas de seguimiento complejas y costosas. Le solicitamos a nuestros colaboradores planificación y predictibilidad. En el límite, pareciera ser que predecir nuestro desempeño es más importante que el desempeño en sí.
Pero, ¿es controlar lo que hace que nuestros equipos rindan más? ¿Es el seguimiento el que hace que las personas se desempeñen a su máximo potencial? ¿Lo importante es la tarea que se ejecuta, y la cantidad de horas que se invierte en ellas, o es en realidad el producto y el retorno de inversión que de él obtenemos?
El enfoque ágil
Los enfoques ágiles nos proponen otro acercamiento. En lugar de la C de “control”, nos invitan a profundizar la C de Confianza, la C de Compromiso y C de colaboración.
- Confianza: En un equipo donde reina la confianza, la mejor forma de saber cómo estamos es dialogar en lugar de reportar. Mostrar resultados concretos, en vez de promesas de entregas futuras y evidencias de avances parciales
- Compromiso: Comprometerse es resignificar el valor de la palabra dada. No sólo nos comprometemos como individuos para llevar adelante el producto o servicio que asumimos, sino cómo equipo a generar más valor y mejores resultados.
- Colaboración: Colaborar es reconocer que nuestros resultados se potencian cuando los combinamos con los de nuestros compañeros de equipo. Colaborar es poner el resultado buscado por arriba de la individualidad.
La combinación de estos elementos permite el desarrollo de equipos donde el liderazgo y la auto-gestión surgen naturalmente. Equipos con una visión y nivel de responsabilidad mayor a los que aparecen como resultado del control directo y obligación a desempeñar.
Esta visión es compatible con otros marcos y estándares, y no solamente en equipos que trabajan con marcos como Scrum o XP.
Conclusión
Como líderes, debemos animarnos a soltar el control sobre nuestro equipo con confianza, compromiso y responsabilidad. Y ver como el rumbo aparece claro, colectivamente, sin la necesidad de ejercer un poder verticalista sobre sus integrantes.
Autor: Ing. Ezequiel Kahan – Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción sin el expreso consentimiento del autor.
Si te interesa la nota y queres recibir más similares, suscribite a nuestro newsletter dando click acá. Nos interesa tu feedback y que puedas compartir!