Hay una enorme oportunidad para que las pequeñas y medianas empresas (Pymes) se beneficien de la aplicación de métodos ágiles. ¿Cuáles son las características de la agilidad? La esbeltez (lean), la adaptabilidad, la flexibilidad y el centramiento en el cliente, y lo que este considera valioso. A esto hay que agregarle un alto nivel de involucramiento de los interesados y una gran autonomía de los equipos de trabajo, capaces de auto-gestionarse y orientarse a la entrega continua de valor.
Los métodos ágiles han probado ser exitosos en distintos tipos de industrias, a través del incremento en la satisfacción del cliente, y la reducción en los tiempos costos de entrega bajo contextos de alta incertidumbre, volatilidad y velocidad de cambio. Son justamente el tipo de contextos que a diario enfrentan las Pymes. El enfoque de control empírico de los métodos ágiles acorta el horizonte de planificación para ajustarse mejor a las situaciones cambiantes. Se busca trabajar únicamente sobre aquello que tenemos certeza será valioso, y dilatar aquello que aún no tenemos en claro, o cuya información es insuficiente. Además, se diseñan experimentos para obtener información y reducir los riesgos de tomar decisiones que condicionen una gran cantidad de resultados futuros.
Además de capacidad de lidiar con la incertidumbre, la agilidad potencia una de las más claras ventajas competitivas que tienen las organizaciones pequeñas y medianas: la capacidad de permanecer flexible y adaptarse más rápido a las necesidades de los clientes.
Esto se sustenta sobre varios principios, de los cuales destacamos 2:
- Equipos autónomos: Cómo dueño de Pymes y emprendimientos, poder delegar la entrega en un equipo de trabajo es indispensable para poder enfocarnos en la definición estratégica, generación de demanda, construcción de redes y alianzas, etc. Los equipos ágiles se caracterizan por su autonomía y capacidad de auto-gestión. Para ello, los responsables de la organización aprenden a confiar en sus miembros (por eso es clave incorporar y retener talento!). Establecen una visión clara de cuál es el valor a generar, brindan las herramientas y el contexto para que el mismo pueda ser alcanzado, y otorgan la libertad a sus miembros para que lo lleven delante de la mejor forma posible. Por su parte, los miembros de los equipos realizan el máximo de sus esfuerzos para cumplir con las metas comprometidas. Entregan producto de calidad a intervalos cortos. Y se reúnen con frecuencia para, como equipo, analizar la forma de mejorar y seguir evolucionando.
- Foco en la entrega: Las organizaciones ágiles construyen en forma colaborativa una lista priorizada de actividades, funcionalidades o metas a alcanzar. Esta lista se ordena en función del valor de negocio que genera. Los equipos que tienen responsabilidad plena sobre la construcción / ejecución. Se comprometen a generar entregables pasibles de ser liberados al mercado. Es decir, con calidad y capacidad de aprobar los criterios de aceptación). Y lo hacen en plazos cortos, lo que habilita al negocio a tener un time to market más corto, y también reducir el riesgo de haber interpretado de manera incorrecta el requerimiento.
En conclusión, la agilidad, que es cada vez más una pieza clave en muchas organizaciones grandes, tiene la capacidad de potenciar también a las Pymes. Es sólo cuestión de abrirnos a la posibilidad de transformarnos e intentarlo.
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